Claro, hasta, ese momento Yo ERA; simplemente ERA. Cuando se me ocurrió decidir, de lo primero que fui consciente es de que era. (Te acuerdas?: ‘pienso, luego existo’?) Pero no me limité a ser consciente de ello, pues decidí que ERA, es decir, DECIDÍ SER….
Y eso es algo muy complicado, pues para decidir ser hay que admitir que algo ò alguien que no sea uno mismo puede NO ser; o que uno mismo puede NO ser…pero..¿quién es UNO MISMO? ¡Ufa!, reufa, antes de poder decidir Ser, uno tiene que ser “uno” ¡Claro!, eso de ser es fácil porque antes simplemente ERA, o sea que el SER Ya está. Pero…¿Y eso del “uno”?, ¿cómo se diferencia de ,“otro” u otros”?Para Ser ”uno”, uno tiene que NO Ser otro u otros! Y para ello hay que diferenciarse de otros; Entonces, cómo hago para no ser confundido con otros?… DEBO asumir una IDENTIDAD! (Quiero hacerte notar que el primer concepto que apareció en mi existencia, luego del SER Y de la decisión, fue el “NO” referido en este caso al NO SER).Te cuento: hubo un infinitésimo, un instante sin tiempo, en el que ocurrió la primera confusión en mi existencia. Ese instante fue cuando DECIDÍ SER.
Ahí apareció por primera vez el temor a ser confundido, a no ser reconocido o identificado. Todo esto que lleva tantas palabras contarte transcurrió en un instante sin tiempo, fue mi tiempo cero.
Ahí nací. Desde ese instante comenzó a transcurrir el tiempo para mí (atención: sólo para mí) , pues nunca antes había ocurrido un cambio en mí como SER que EXISTE.