El moisés

Al comienzo de esta sección hablé del moisés y mostré una foto de uno igual al que me habían colocado.

Lo interesante es que, cuando crecí un poco y conseguí alcanzar la manija del moises, la sujetaba con fuerza y la balanceaba enérgicamente para adelante y para atrás, como una especie de aparato de gimnadio.

Recuerdo que a veces mi papá me colocaba en la vereda, dentro del moisés y las personas que pasaban se admiraban de la fuerza, casi violencia, con que yo balanceaba las manijas. Y le hablaban a mí papá elogiándome, diciendo que yo era muy fuerte.

Bueno… me doraban un poco mi ego de bebé…