Cuando mis padres adoptivos, Silvia María Gonet de Panno y Pascual Teófilo Panno, me sacaron de la maternidad, me llevaron a donde ellos vivían, en una especie de «conventillo», como se llamaba a las casas en que vivían varias familias que no tenían relación entre sí, situado en la calle José Antonio Cabrera número 3742, en el barrio de Palermo (esa parte la llamaban «Palermo Viejo»).
Ahí mi primer recuerdo es estar acostado boca arriba en un «moisés», una cesta de mimbre con una manija, que era acolchada por dentro para justamente colocar bebés.
En ese moisés vi a las vecinas del conventillo, todas inclianadas, mirándome y comentando «¡qué lindo bebé, parece una nena!«.
Esta es una foto que encontré en Google de un moisés exactamente como lo recuerdo:
Después me pusieron en una cuna celeste, que recuerdo muy bien por sus barrotes y porque siempre me sentía desamparado en ella: era muy grande para mí.
Los cuatro primeros años de mi vida transcurrieron en esa casa. Recuerdo visitas a la casa de mis tíos y algunos incidentes que iré contando en las próximas páginas.
